A primeros de 1764 el infante don Luis encargó a Ventura Rodríguez la construcción del palacio de Boadilla del Monte o más bien la remodelación del Palacio de las dos Torres ya existente. El palacio ocupó 20.574 y medio pies de superficie y comprendía subterráneo con sótanos, mina y cueva; rampas, cuarto bajo, entresuelo, cuarto principal, y segundo; tres escaleras: una principal, otra de oficios y otra particular, con bajadas al jardín y huerta; una espléndida capilla pública decorada con mármoles, bronces dorados a molido y estucos, así como tribuna principal de maderas finas de indias y bronces también dorados a molido. Próximos al palacio se trazaron dos jardines, alto y bajo, y una huerta de 858.250 pies y cuarto cuadrados. Se trata de una construcción, de planta rectangular, está formada por tres cuerpos de tres plantas. El central presenta portadas neoclásicas flanqueadas por columnas toscanas, tanto en su fachada norte (noble) como en la sur (jardín). Sobre la puerta principal descansa un balcón enmarcado por columnas jónicas y rematado con un frontón semicircular Los dos cuerpos laterales están rematados por sendos torreones y cubierto todo el edificio con teja árabe. Las fachadas apenas tienen relieve, rompen el trazado severo con las columnas clásicas de sus puertas principales, sobre ellas dos escudos de armas (los de la casa de Felipe V) en piedra de Colmenar. Un zócalo de sillares de granito sirve de paramento al edificio, el cual se remata mediante una cornisa, sobre ella descansa un antepecho que oculta la cubierta. El Palacio está coronado por jarrones y escudo que son tópicos motivos neoclásicos. En el tejado destacan dos cuerpos de luces que quieren evocar a los torreones. Dos cuerpos de una sola planta flanquean al palacio, prolongándose el mismo con una tapia de ladrillo que cerca los jardines situados tras la fachada posterior del edificio. El acceso a los jardines se efectúa desde el exterior a través de cuatro puertas neoclásicas también de ladrillo. El edificio de regias proporciones y amplio jardín, donde los desniveles del terreno se aprovechan para construir suntuosas terrazas, divididas en soberbias y fastuosas escalinatas de estilo italiano, puede considerarse como una joya de la arquitectura neoclásica. Este conjunto monumental que forma el Palacio, los jardines de trazado regular situados en su base y el parque agreste que los prolonga, constituye uno de los pocos ejemplos que quedan en España de una organización completa de lo arquitectónico y lo rural. Del interior del palacio destaca la capilla, por la riqueza de su interior, en la que el estilo Corinto destaca sobre cualquier otro. Aloja los panteones de la Condesa de Chinchón, esposa de Godoy; y de su hermana, la Duquesa de San Fernando, y el del marido de ésta. Los arcos, pechinas, cornisas, bóvedas y otros elementos, se encuentran adornados con guirnaldas, ángeles, uvas y flores, componiendo un conjunto bien organizado y de gran efecto. Fue la residencia principal del Infante don Luis, desde su construcción, en 1765, hasta su matrimonio morganático con María Teresa de Vallabriga, en 1776. Donde fue reuniendo el infante una rica pinacoteca, un cuidado gabinete de historia natural, una biblioteca numerosa y selecta, además de muebles, relojes, colgaduras y otros objetos valiosos. A pesar de que en 1974 el palacio fue declarado monumento nacional, la falta de subvenciones y lo costoso de su mantenimiento acabaron por deteriorar gravemente los jardines y la construcción. En 1998 Enrique Rúspoli y Morenés, último propietario descendiente directo del infante Don Luis, tras fracasar en todos sus intentos por conseguir las subvenciones, vendió el palacio de sus antepasados al Ayuntamiento de Boadilla del Monte para que acoja al futuro Instituto Europeo de Estudios Superiores de la Cultura y la Comunicación.
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